En esta hermosa ciudad de Córdoba hace por lo menos 3 papados que no llueve. Más o menos. Cuestión; el otro día parecía que se venía el cielo abajo, estaba anunciada una tormenta de la concha de la María Cristina, soplaba viento y toda la cosa. Mi mama me dice que descuelgue la ropa porque se venía tormenta. Yo le digo:
- No va a llover mama.
Ella, convencidísima ¿eh?, que sí, que estaba anunciado una tormenta fuertísima y hasta probabilidad de granizo (no cae una gota ni porque te cagues, y ella pretende que caigan piedras. OJO.)
Bueno, le digo, te juego $10 a que no llueve, así como quien no quiere la cosa. Y CUANDO NADIE SE LO ESPERABA, LA SEÑORA ME RESPONDE: -Bueno.
Apa!, si llega a llover justo hoy, yo estoy cagado por una ballena austral, pensaba. Y lo peor de todo es que a medida que avanzaba la tarde se ponía peor y peor.
A esa altura ya estaba pensando de donde iba a sacar $10.
¡Y pará!, porque a eso de las 7 cuando empezó a soplar mucho viento, la señora tuvo el tupé de llamarme al celular, y con el gallito RECONTRA subido me dijo: “Yo que vos voy dejando los $10 por ahí cerca, por las dudas”. Y se me cagaba de risa, ¿podes creer?. No la mande a cagar porque… ¿o si la mande a cagar? Bue, no importa.
Y bueno, acá estoy yo disfrutando de mis $10 porque NO LLOVIO UNA MIERDA. Osea que mamita se tuvo que mandar a guardar su orgullo al cajón de la ropa para planchar, y yo muy contento. Ojo que esto puede ser un negocio en potencia ¿eh?. Bue. Nada mas.
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